Tras descansar plácidamente en el pazo de Bendoiro, lo primero que hizo Amaya Valdemoro antes de comenzar la cuarta etapa fue dejar su maleta en manos de Correos que, al igual que en ediciones anteriores, se encarga de transportar las mochilas y maletas de toda la expedición gracias a su servicio ‘El Camino con Correos’.
En esta cuarta etapa, la más larga y dura del Camino Vía da Prata, la protagonista estuvo acompañada por Isabel Fernández ‘Moses’, exjugadora profesional de baloncesto y entrenadora, y por Elisa Aguilar, exjugadora y compañera de Selección de Amaya.
La expedición comenzó la cuarta jornada desde donde lo habían dejado el día anterior, el albergue de peregrinos de A Laxe (Lalín), y continuaron recorriendo varios metros por la carretera N-525 para llegar a Prado, lugar muy cercano al santuario de O Corpiño.
Continuando con el trayecto, el grupo cruzó el río Deza, afluente del Ulla, por el puente medieval de Taboada y comenzó el ascenso hasta llegar a Silleda. El itinerario continuó por Bandeira, hasta llegar al Concello de A Estrada. Amaya Valdemoro dejó atrás la provincia de Pontevedra para pisar la de a Coruña por Ponte Ulla, en Vedra, atravesando el río Ulla por su puente histórico, entrando cogida de la mano de sus amigos y muy emocionada por haber superado esta dura etapa. Allí fue recibida por el concelleiro de Turismo de Vedra, Manolo Costa.
Para terminar la etapa, nada mejor que una buena merienda. Y así lo tenía todo preparado Ulla Oil, miembro del Club de Empresas Obradoiro y colaborador del proyecto, que quiso aprovechar el paso por sus instalaciones para recibir con alegría a Amaya y su grupo y darle así una calurosa bienvenida. Allí Amaya tuvo el placer de conocer al escultor compostelano Cándido Pazos y se despidió de la cuarta jornada no sin antes recibir dos obsequios por parte del escultor y del gerente de Ulla Oil, Jesús García.