La quinta etapa sonaba a despedida. Tras una intensa y larga cuarta jornada, a Amaya Valdemoro y a su equipo solo los separaban de la Catedral de Santiago de Compostela poco más de 15 kilómetros.
Como colofón final, nada mejor que un compañero de trabajo para acompañar a la protagonista de ‘El Camino acaba en Obradoiro’ como lo es David Carnicero, comentarista de Movistar+.
Esta cuarta etapa comenzó en donde lo habían dejado: Ponte Ulla. Antes de que el grupo abandonase el Concello de Vedra, tocó un alto en el Camino, en la Capela do Santiaguiño. Allí el alcalde de Vedra, Carlos Martínez, y el alcale de Boqueixón, Manuel Fenrnández, la recibieron de lujo, aportando detalles interesantísimos sobre el Camino y regalando a Amaya obsequios del lugar.
La expedición continuó con ritmo, abandonando Vedra y dirigiéndose al Concello de Boqueixón, donde se divisa el legendario Pico Sacro que preside el Valle de Ulla. Este monte está vinculado a la tradición de la Translatio de los restos del Apóstol desde Iria Flavia a Compostela.
Con mucha energía, Amaya y sus compañeros llegaron a Angrois, donde la exjugadora quiso dejar un ramo de flores en recuerdo de todas las víctimas en el accidente ferroviario de julio de 2013. Allí le esperaba la representante de Turismo de Santiago, Yolanda Ferro, que acompañó a Amaya hasta la Catedral de Santiago de Compostela.
Así, el equipo solo debía recorrer los últimos kilómetros que les separaban, entrando en Santiago por la Susana y el barrio de Sar, pasando por el puente y la Colegiata, con un último gran esfuerzo con la subida por Castrón Douro para encarar la zona vieja hasta llegar a la praza do Obradoiro, donde estaba esperándola Óscar Rodríguez, miembro del Consejo de Administración del Monbus Obradoiro, y donde no dejó de observar con alegría la Catedral de Santiago de Compostela.
Como ya es tradición, la protagonista se despidió poniendo el último sello necesario en su credencial para obtener la Compostela en las oficinas de Correos de la Rúa del Franco.