Continúa la aventura para el exjugador de baloncesto, José Manuel Calderón, en ‘El Camino acaba en Obradoiro’, donde está recorriendo el Camino de Invierno de la mano del Monbus Obradoiro.
La expedición comenzó su trayecto de esta segunda jornada justo donde lo había dejado la jornada anterior, en Chantada, donde selló su credencial.
En esta etapa, Calderón contaba con dos invitados especiales: la exjugadora de baloncesto, Amaya Valdemoro, y el entrenador ayudante del Monbus Obradoiro, Gonzalo Rodríguez, además de varios amigos más que se sumaron a la iniciativa para esta segunda etapa.
En el punto de encuentro de la salida les esperaban el alcalde del Concello de Rodeiro, Luis López, y el concejal de Turismo, Pablo Sobrado, quienes acompañarían a la expedición a lo largo de toda la etapa.
Si el esfuerzo había sido grande en la primera jornada, el nivel no decayó en esta segunda etapa. Por delante, atravesar completamente el Monte do Faro, también conocido como el ‘Mirador de Galicia’ ya que, desde él, gracias a sus 1187 metros de altura, se pueden observar las cuatro provincias gallegas. A pesar del desnivel, el ascenso y posterior descenso son totalmente progresivos, lo que hizo sufrir menos al grupo. Una jornada más, paisajes increíbles que se quedarán en la retina de la expedición y que serán difíciles de olvidar.
El grupo llegó al Concello de Rodeiro alrededor de las cuatro de la tarde, donde finalizó la etapa con una foto de familia celebrando la llegada con alegría y donde José Manuel Calderón dejó una cariñosa dedicatoria en el ‘Libro de Honor’ del ayuntamiento. Allí también estaban Jesús García y José Casal, en representación de Ulla Oil, miembro del Club de Empresas Obradoiro.
Al finalizar la etapa, Amaya Valdemoro ha explicado que revivir esta experiencia al lado de José Manuel Calderón ha sido “una maravilla. Es un jugador al que admiro muchísimo, que tiene unos valores humanos tremendos. Además, por todo lo que ha hecho por el baloncesto y lo que está haciendo ahora desde otra faceta. Sobre el Camino, esta segunda etapa ha sido durísima y él está más fuerte que el vinagre. Está muy en forma y hemos ido a sexta. Han sido 25 kilómetros, larga y dura, pero ha sido preciosa. Calderón y su grupo están muy en forma y la verdad es que he terminado cansada, pero me ha encantado tanto la experiencia, como el paisaje y la ruta”.
Por su parte, Gonzalo Rodríguez, ha confesado que “Calderón siempre fue un jugador de mis favoritos y seguí en directo su debut en la NBA. Es un tipo de jugador de los que nos gusta a prácticamente todos los entrenadores. Un jugador que ha sido capaz de evolucionar en su carrera a base de trabajo, que ha aprovechado muy bien sus características y que, sobre todo, ha demostrado ser muy inteligente, tanto en su toma de decisiones en la pista, como en la actitud de adaptarse a diferentes estilos de entrenador, de juego… El rato que he podido hablar con él ha sido súper interesante. Se ha cumplido la imagen que tenía de él: una persona muy inteligente, que siempre tiene cosas muy interesantes que contar y que tiene la cabeza muy bien amueblada. Aparte creo que el trato con todos nosotros ha sido fantástico”.
Sobre la etapa caminada, Gonzalo ha destacado que “posiblemente es la más bonita de todas las que hice hasta ahora en ‘El Camino acaba en Obradoiro’. La etapa me pareció preciosa. La subida al Monte Faro fue mágica y las vistas maravillosas. Me pareció un descubrimiento. Poder conocer cada año una nueva parte del Camino de Santiago es muy bonito y no hace más que refrendar la valoración que tenemos que hacer de nuestro entorno natural y del patrimonio cultural que significa el Camino de Santiago”.
Las dos próximas jornadas, la expedición descansará plácidamente en el Hotel Vía Argentum, de Silleda, para reponer fuerzas y afrontar las dos siguientes etapas.